
Estudió en la universidad de Friburgo en 1837 y, posteriormente, trabajó en el hospital del mismo nombre.
Knoche emigró de Alemania a Venezuela en 1840 según algunos historiadores como invitado por algunos miembros de la colonia Alemana (La casa Blohm de La Guaira ) y según otros autores (Hellmund Straka) como exiliado político. para domiciliarse en La Guaira .
Aunque parece más bien una leyenda urbana, Knoche fue un hombre de carne y hueso, un enigmático científico de avanzada, rendido a los pies frente al inexorable proceso de descomposición de los cuerpos. También se dice que era un filántropo muy querido entre la gente necesitada a quienes atendía sin cobrarle un centavo.
Panorámica desde la finca Buena Vista |
Casi todo el material fue transportado desde La Guaira a lomo de mulas. Las habitaciones estaban dotadas de amplios ventanales que daban al mar. Personas que tuvieron la suerte o el privilegio de conocer aquella posesión a fines del siglo XIX, elogiaron el buen gusto con que estaba decorada.
También llegó de Alemania el hermano de Knoche el Sr. Wilhelm, enterrado también en el panteón familiar de cuya vida o actividades no se ha sabido nada. La esposa del Dr. Knoche ya sea por problemas de salud o debido a la soledad que le provocaba vivir en la finca “Buena Vista” lo que la hace regresar a su Alemania natal y allí muere en una fecha desconocida.
Un echo muy novedoso y sin precedentes para la época. No se conocen las razones que lo llevaron a realizar dichos experimentos , curiosidad científica, o tal vez un culto por la muerte y la inmortalidad?.

Y según testimonios de la ultima habitante de “buena Vista” Amalie Weimann este murió debido a una neumonía, el echo es que la momia del Sr. José Pérez permaneció durante muchos años custodiando las puertas del mausoleo familiar.

También se dice que hablaba con los pajaritos en la hora del Ángelus. Se dice que su última voluntad fue que su cuerpo fuera colocado en el mausoleo familiar y que las llaves del recinto fueron arrojadas al mar.
![]() |
Parece que la naturaleza dijera: "Este lugar me pertenece" |
Como no hubo ningún heredero la finca fue abandonada, saqueada por buscadores de tesoros, y las momias robadas y esparcidas por el lugar, así como también fueron destruidas las lápidas del mausoleo.
Dicha propiedad según Hellmund Straka la reedifico en el año 1880 y la adquirió por 70.000 Bs, que llamo “Buena Vista” ubicada a 1015 m.s.n.m debido a la excelente vista que se tenía del Litoral central.
![]() |
Estos Muros están erguidos como mudos testigos |
Según testimonios de Eduardo Rosswaag en sus vistas a "Buena Vista" en Septiembre de 1923 comenta:
“Tenemos la impresión de que hemos sido sustraídos de un ambiente del trópico para penetrar bruscamente en el célebre Gran Ducado de Baden. Estamos en plena Germania, así lo proclama desde el mueblaje hasta los cuadros que en la tapicería pregonan los episodios épicos más culminantes del antiguo imperio. La anciana se dirige a la pared (refiriéndose a Amalie Weimann) donde cuelga un grabado que representa la entrevista en el campo de Waterloo entre el duque de Wellington y Blucher “Al dirigirse a la estancia el detalle que salta a la vista es un extremo de la pared frontal donde sobresale a como dos metros de altura un detalle arquitectónico formado por una arabesco muy común en aquella época.
También se observan detalles de la cocina y dependencias de servicios. Y a unos pocos metros un interesante orificio en el suelo que indica un lavadero con fondo de mármol.
Y unos deteriorados muros laterales de adobe y piedra que supongo que pertenecían a las paredes laterales de la residencia de Knoche.
Dentro del mausoleo, dos terceras partes del espacio están ocupadas por los seis sarcófagos de cemento, con un pequeño pasillo para que estén los visitantes, o para dar labores de mantenimiento. Clic aquí para ver más imágenes: Álbum Finca Buena Vista
También existían antiguamente seis lápidas de mármol que contenían los nombres de la familia Knoche y que fueron destruidas por saqueadores, aunque existen varias fotografías antiguas donde se ven dichas inscripciones. El orden en que reposan los nichos según indicó Amalie Weimann a Eduard Rosswaag el 02-09-1923.